lunes, 4 de febrero de 2013
La Gracia de Dios no se ha frustrado en mí, y yo, ¿qué digo?
El Evangelio nos dice que había mucha gente reunida para escuchar a Jesús. Jesús tenía muchos oyentes, pero necesitaba apóstoles. Por eso llama a Pedro y le confía una misión y empieza pidiéndole un favor, simplemente para poder enseñar a la muchedumbre con mayor comodida y Simón no tiene inconveniente.
Parece que Dios nos pide un favor y en realidad es Él el que nos lo hace llamándonos a su servicio.
Remar mar adentro, implica dejar de lado nuestras "seguridades" y abrirnos a otros rumbos.
Is 6, 1-2, 3-8. "Yo oí la voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré y quién irá por nosotros? Yo respondí: ¡Aquí estoy: envíame!
¡FELIZ SEMANA!
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